7/11/10

ABELLADA







Al sur del valle de Serrablo, entre sierras de escaso desarrollo, se acomodó la pequeña localidad de Abellada. Es accesible desde la carretera del Guarga, tomando después la pista de Nocito que abandonaremos en Cuello Bail, para acabar en otra pista restringida que morirá en Abellada. Desde la barrera hasta Abellada, a pie y disfrutando del paisaje, una hora y media.

Se documenta desde el año 1038. Sabemos que contaba con 4 fuegos en 1495 y también en 1646. Al siglo XX llegó con tres casas abiertas, sus nombres eran: Otín, Lardiés y Sastre. El nomenclátor del año 1930 nos desvela que Abellada contaba con 30 habitantes, que se reducen a la mitad en 1960. Pocos años después, quedaría deshabitado.

Sus tres viviendas –arruinadas– se instalan en un plano. Destaca casa Otín, levantada a partir de una torre fuerte del siglo XVI. La torre se integra en la parte sureste de la vivienda, aunque, se observa con más nitidez en el paño oriental. Tiene un total de tres plantas, al igual que la vivienda, que se ajustó a la estructura de la torre. Destaca la buena piedra sillar de los esquinazos. En el lado este de la vivienda son perfectamente visibles los elementos defensivos, con un total de tres aspilleras. La más llamativa (de cuatro piezas) se localiza en la planta baja; las otras dos abren en la planta superior. El acceso se realiza por el oeste, evidentemente, desde el interior de la vivienda. Los bajos de la planta baja están abovedados. La vivienda fue totalmente renovada en el año 1903. Las otras dos casas de la localidad son construcciones prismáticas de tres plantas techadas a cuatro aguas.

Su iglesia está dedicada a San Miguel. Se trata de un inmueble alzado entre los siglos XVII-XVIII, si bien, sabemos que se construyó sobre los restos de otro anterior consagrado en el año 1557. De todas formas, hay que mirar dos veces para poder reconocer la iglesia, pues su estado es de ruina absoluta. Según nos transmitió gente del lugar salió muy perjudicada de la Guerra Civil. Presenta planta rectangular, segmentada en tres tramos, y cabecera recta. Contaba con dos capillas laterales, propiedad de las casas Otín y Lardiés. Se cubría con bóveda de cañón con lunetos. Hace muchas décadas que perdió la torre campanario, ni siquiera en imágenes de archivo hemos podido conseguir una fotografía con ella en pie.

Nos vemos en la obligación de destacar también los magníficos edificios auxiliares que encontramos junto a las viviendas. Preciosas y robustas bordas, levantadas con mucho estilo, que aguantan dignamente el paso de los años.


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (noviembre de 2020).


Fotografía 1; Llegada a Abellada (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casa Otín (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Lardiés (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Iglesia de Santa María  (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Antiguo "ruello"  (Cristian Laglera)