Acín es uno de los pueblos deshabitados que
encontramos en el interior del valle de La Garcipollera, comarca de Jacetania.
Hay que llegar a la localidad de Castiello de Jaca y tomar la carreterita que
se adentra en el interior valle. Los escasos restos del viejo pueblo de Acín se
localizan en la orilla izquierda de la pista, poco después de rebasar el desvío
de Villanovilla.
Acín de Garcipollera fue un pueblo de cierta importancia.
Fue cabecera de un pequeño municipio que formó junto con los núcleos de
Villanovilla y Larrosa hasta mediados del pasado siglo XX, momento en que quedó
deshabitado y se anexionó a Jaca. Tuvo censos que sobrepasaron los 100
habitantes.
En el fogaje (censo de los
fuegos u hogares en el medievo) del año 1495 se le
adjudican cuatro viviendas. Posteriormente Pascual Madoz documentó nueve
casas en el año 1845. Nosotros hemos documentado hasta un total de dieciocho.
El pueblo estaba dividido en dos barrios, el alto y el
bajo, que estaban separados por el río Ijuez. En el barrio bajo, conocido como
“o barrión pequeño”, había tres casas: Inés, Miguela y Francho. En el barrio
alto las viviendas se distribuían en dos
calles, llamadas de la Iglesia de la Fuente. Los nombres de las casas del
barrio alto eran: Laval, Monantón, Ventura, Ramón, Nueva, Rosa, Ana
María, Calvo, Bardají, Blas, Tanasio, Valentín, Bertolo, Blasico y O Coxo.
La iglesia parroquial fue construida en el siglo XII bajo
la advocación de San Juan Bautista. Originalmente fue un templo de nave única, al
que en el siglo XVII se le añadió una segunda nave al sur. Tiene una torre de planta cuadrangular, amplio
presbiterio y un sobrio ábside semicircular orientado al sol naciente, carente
de ornamentación. Perteneció al Monasterio de San Juan de la Peña hasta
el siglo XVI, momento en que pasó a pertenecer a la Diócesis de Jaca.
Precisamente la iglesia de San Juan Bautista es el
único edifico que se mantiene en pie actualmente. La totalidad de las viviendas
y la escuela, situada junto al río Ijuez, fueron derruidas a finales del pasado
siglo para evitar posibles problemas debido a la cercanía del pueblo con un
campamento juvenil.
Acín contaba también con una ermita dedicada a San
Esteban. Estaba situada en el barrio bajo y fue demolida junto con las
viviendas. Pascual Madoz ya la documentó en ruina en el año 1845.
La romería más importante era la
que se celebraba en la afamada ermita de La Virgen de Iguácel. Se celebraba el
día 2 de julio.
Quedó deshabitado entre los años 1960 y 1964 con motivo de la
construcción del embalse de Yesa. Sus tierras fueron utilizadas para la replantación
de pino, y así, intentar frenar el arrastre de sedimentos por el río y evitar la
colmatación del vaso del nuevo embalse.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (Abril 2019).
Fotografía 1; Iglesia de San Juan Bautista (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Cabecera (Cristian Laglera)