Fenillosa es un pequeño despoblado ubicado en la llamada “carretera de la
Guarguera”. Sus edificaciones se levantaron en una planicie de la ladera sur de
la sierra de Picardiello, a 1111 metros de altitud. El acceso lo realizaremos
por una pista de firme terroso que nace en las inmediaciones de Cerésola, pista
solo apta para vehículos todoterreno. A pie es un hermoso trayecto que no
nos llevará más de 45 minutos. De todas formas, tenemos que estar muy atentos,
pues las edificaciones de Fenillosa se hallan perfectamente integradas en el
paisaje.
Fue –junto con Bescós de Guarga– el primer núcleo que se deshabitó de todo el valle, de allí el triste aspecto que presenta en la actualidad.
Perteneció al hoy también despoblado lugar de Secorún. Actualmente está englobado en amplio municipio de Sabiñánigo. Durante el pasado siglo XX abrió dos hogares, cuyos nombres eran: Oliván y Pinchán. En su máximo nomenclátor del pasado siglo XX aparece con un máximo de 20 habitantes (año 1940).
Fenillosa, como ya hemos comentado anteriormente, está totalmente devorado por la maleza, especialmente la zona en la que se sitúan las viviendas. Ambas edificaciones, de buenas dimensiones, se encuentran devastadas, reconociéndose a duras penas las ruinas de casa Oliván. Era una casona enorme, de tres plantas, que afortunadamente hemos podido ver en viejas fotografías. Poseía puerta de dintel monolítico, al sur, sustentado sobre dos columnas con sabor neoclásico. Por encima de ella, en la segunda planta, tenía un pequeño balcón, del que ya no queda absolutamente nada. La cubierta era de laja del país, a cuatro vertientes.
La iglesia de San Juan Bautista, del XVII, se sitúa en la parte alta del
núcleo. Es un templo de nave única y planta rectangular, cerrada con testero
plano orientado al este. Soldada a su esquina sureste se alzó una pequeña torre
campanario con dos alargados vanos gemelos. Interiormente lo más destacado son
los arranques del fajón que separaba la nave de la cabecera. También los restos
del coro, que se situaba en alto, a los pies. La puerta de acceso, descentrada,
abre en el muro de la epístola.
Poco más que destacar, quizá una borda situada en la parte más alta del núcleo, a unos 50 metros al este de la parroquial. No es un lugar agradable de visitar, la maleza es muy agresiva y de las viviendas, como hemos dicho anteriormente, apenas quedan algunos muros desafiando la ley de la gravedad.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés.
Fotografía 1; La iglesia de Fenillosa entre pinos de replantación (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de San Juan Bautista (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Ruinas de casa Pinchán (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interesante borda (Cristian Laglera)