El
punto de partida de nuestra excursión es Graus. Allí, tomaremos dirección al
valle de La Fueva cogiendo la carretera de Troncedo. Una vez rebasado Panillo y
el templo budista, una vez coronemos, nos desviaremos en dirección a La Aldea
de Puy de Cinca y el embalse del Grado. Tras una empinada bajada la misma
carreterita pasará a escasos metros de Lapenilla, que es el despoblado
protagonista del artículo de esta semana.
Sabemos que en el año 1087 era de realengo, pues se cita al tenente Sancho Jiménez de “illa Pennella” en un documento del Cartulario de San Juan de La Peña. También conocemos que era señorío de los Mur de Muro de Roda en el siglo XVI. Durante los siglos XVIII y XIX fue de los Heredia de Graus. Aparece citado con ocho fuegos en el año 1646.
Avanzamos hasta época contemporánea y observamos que llegó a abrir un máximo de once casas, con censos que superaban los 80 habitantes. Citamos algunos de los nombres de sus casas que hemos podido confirmar: Coscollar, La Concha, Monclús, Pano, Plana, Sierra, o la casa del Señor, de la que hablaremos más adelante.
Uno de los motivos de peso por el cual la gente marchó de Lapenilla fue la obra del pantano del Grado, en los años sesenta, pues sus aguas inundaron sus mejores tierras de cultivo. Poco tiempo después, comienzos de la década de los setenta, el pueblo quedó desierto, y así hasta la actualidad.
De entre sus edificaciones brilló con luz propia (actualmente es una ruina) el palacete rural del señor de Lapenilla. Fue construido a mediados del siglo XVI. Disponía de planta cuadrangular y tres plantas de altura, con un enorme sótano destinado a bodega. Hace algunos años, con cuidado, aún pudimos entrar y fotografiarlo. Al palacete se accedía por puerta adovelada abierta a oriente, aunque también tenía acceso desde la iglesia. Actualmente es un gigante herido de muerte, ya sin ninguna posibilidad de restauración.
Junto al palacete se construyó posteriormente la iglesia, aprovechando la torre fuerte de la vivienda como campanario. El templo, de estilo barroco, fue dedicado a San Julián (s. XVIII). Presenta planta de cruz latina, capillas formando crucero y cabecera plana. La nave se cubría con bóveda de cañón con lunetos, las capillas y la cabecera con medio cañón y el crucero con cúpula, que milagrosamente aguanta en pie.
Cerca del núcleo, al otro lado de la carretera, se sitúa la ermita de la Virgen de la Esperanza (s. XVIII). Es un modesto templo de una nave cubierto con bóveda de cañón corrida y puerta de acceso a los pies.
Las fiestas mayores se celebraban el día de San Hipólito, el 13 de agosto. Las fiestas de invierno eran el 6 de enero, para la Epifanía.
Fotografía 1; Lapenilla (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Palacete del señor de Lapenilla (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de San Julián (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Ermita de La Virgen de la Esperanza (Cristian Laglera)