Castarlenas
se localiza a unos cuatro kilómetro de
Torres del Obispo, dominante desde su posición del valle del Sarrón. Una pista
de tierra apta para vehículos todoterreno conecta Torres del Obispo con
Castarlenas.
Estuvo eclesiásticamente vinculado a Roda de Isábena
hasta el año 1149, momento en el que pasó a depender de Lérida; finalmente se
incorporó a la diócesis de Barbastro en el año 1571.
Durante el pasado siglo llegó a tener cerca de treinta
casas abiertas, censando 131 habitantes en el año 1910. Sus viviendas eran muy
voluminosas, destacando sobre el resto las casas Guardia y Vidal. Los
propietarios de esta última tenían el título de nobleza y disponían de un
oratorio privado dedicado San Mamés, que estaba situado en los bajos de la
vivienda. Este oratorio sustituyó a una ermita anterior situada a las afueras
del pueblo, de posible origen medieval, de la que aún quedan algunos restos.
La iglesia de San Pedro Apóstol es de estilo
renacentista. Se sitúa en el centro del pueblo, en la parte más alta del mismo.
Fue construida en el siglo XVI, aunque la sacristía y algunas pinturas parecen
posteriores. Tiene nave única y dos pisos, capillas laterales integradas entre
los contrafuertes y cabecera poligonal orientada al este. Visualmente lo más
llamativo es la torre campanario, de cuatro cuerpos y cinco pisos.
La vida en Castarlenas era bastante dura. Nunca llegó
la luz eléctrica, lamentablemente el pueblo se apagó antes. Todos los servicios
básicos necesarios venían de fuera, con la excepción del maestro. A todo esto
hay que unir las dificultades que tenían para conseguir agua, ya que la fuente
estaba un poco retirada y venía escasa de agua en los meses de verano. Su
principal fuente de riqueza eran los olivos, con abundante recogida de aceituna
para la elaboración de aceite. Los lunes solían ir a Graus, ya que era el día
del mercado, de esta manera conseguían los productos y enseres que no tenían en
el pueblo.
Las fiestas de Castarlenas se celebraban el día 17 de
agosto, en honor a San Pedro. Eran unas fiestas que duraban tres días, los primeros
dos días los gastos corrían a cargo de los solteros y el último día de los
casados.
Castarlenas
quedó oficialmente deshabitado a comienzos de la década de los setenta, momento
en que casa Rosa cerraba sus puertas para siempre.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (septiembre 2018).
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (septiembre 2018).
Fotografía 1; Castarlenas (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia parroquial (Cristian Laglera)Fotografía 3; Una de las calles (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Casa Guardia (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Capilla de casa Vidal (Cristian Laglera)