Dejando aparte su historia, el núcleo lo componen dos viviendas de grandes dimensiones; principalmente una de ellas con una gigantesca chimenea adosada. A diferencia de las chimeneas del Pirineo no es la típica troncocónica, y tiene su arranque en la planta baja de la casa.
Su edificio más destacado es la iglesia de Santa María (s. XII). Es un edificio que ha sufrido gran cantidad de reformas posteriores, las más importantes se realizaron en el siglo XIX, cuando se reconstruyó sobre sus propias ruinas. Un desgastado crismón trinitario nos recibe en la puerta de acceso. Es un templo orientado de nave única y desconcertante cabecera semicircular.
La pardina de Bataraguá se sitúa hoy dentro de una propiedad privada, aproximadamente a medio camino de la carretera que enlaza Caldearenas con el pantano de La Peña.
Fotografía 1; Bataraguá desde la carretera (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Crismón románico (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 1; Bataraguá desde la carretera (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Crismón románico (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Vivienda (Cristian Laglera)