Fue un pueblo grande, al menos si lo comparamos con los pueblos de los alrededores. En el año 1900 censaba 228 habitantes y desde el año 1834 hasta casi un centenar de años después Barasona tuvo ayuntamiento propio.
Posteriormente comenzaron las obras del embalse de Joaquín Costa que dejaron bajo las aguas las ruinas y los recuerdos de mucha gente para siempre. Pero su alma sigue ahí, insepulta, a pesar de que el pantano y sobre todo el barro y el lodo han sepultado para siempre toda la historia y recuerdos de este lugar.
Desde el año 1972 se celebra un encuentro en la ermita de San Sebastián, al lado del nuevo cementerio que acoge los restos de los difuntos que reposaban en el cementerio de la localidad desparecida.
Fotografía 1; Barasona hace noventa años (Imagen del Museo de historia y tradiciones de Ribagorza)