Hermosamente
aposentado sobre una alargada placa
rocosa que asoma sobre el embalse de Canelles se sitúa en pueblo de Fet. El acceso se realiza desde Viacamp, por larga pista de tierra apta para vehículos todoterreno.
Se trata de un pueblo milenario. Sus primeras citas son de los años 1046 y1067, con el nombre de Fezed. En otro documento de 1645 se dice que su castillo fue por dos veces atacado, y que gracias al socorro de una compañía al mando del capitán Jacinto Torquemada, señor de Benavente, enviada en su auxilio desde el lugar de Graus, resistió.
El nombre de Fet proviene del latín “Faex”. Su traducción vendría a significar algo así como “Peñascales”.
Fet fue uno de los pueblos más importantes de la zona, al menos si nos guiamos por el número de habitantes. Tuvo censos cercanos a los 200 habitantes a finales del siglo XIX y también a comienzos del XX. Nosotros hasta este momento tenemos documentadas un total de 11 casas. Algunos de sus nombres son: Adilló, Agustí, Aiguadé, Tomás, Cutanda o Salvador.
Por lo general son viviendas humildes, de mampostería y adobe, sin grandes alardes. En nuestra primera visita, año 2009, a pesar del estado de ruina generalizada, todavía encontramos algunos elementos que pensamos que merecía la pena fotografiar: alguna puerta en arco de medio punto, grandes balcones, un par de hornos de pan, la fuente, el lavadero… También encontramos gran cantidad de pozos y aljibes repartidos por sus calles. Aprovechaban el agua de la lluvia recogida en los tejados y la canalizaban hasta un gran aljibe que tenían excavado en la roca. Estaba todo bien pensado. Por algo había gente viviendo allí desde hacía, al menos, 1000 años.
Preside el conjunto la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Se trata de un edificio originalmente románico (s. XII), que sufrió profundas reformas que la adaptaron al estilo gótico. Es templo de nave única, con capillas laterales y cabecera pentagonal. Antiguamente se cubría con bóveda de crucería, ya arruinada. Sabemos que poseía cuatro campanas y altares dedicados a San Ramón, San Francisco, Santa Sofía y la Virgen del Remedio.Junto a la iglesia, anejo, se encuentra el cementerio, situado al borde mismo del abismo.
Aislada entre Fet y la sierra de Savinós se sitúan las románicas ruinas de la ermita de Nuestra Señora de Bellmunt (s. XI). Estamos ante una de las ermitas de más complicado acceso de toda Ribagorza, ya que ha quedado prácticamente incomunicada entre el pantano y los acantilados. Del edificio románico subsiste en pie la nave, que debió de cubrirse con bóveda de cañón, y una buena parte del ábside semicircular con su posible cripta en los bajos, inaccesible hoy.
Las fiestas se celebraban el día 12 de mayo. Ese día una concurrida procesión recorría las diferentes calles del pueblo.
Fet fue uno de los pueblos que se vierondirectamente afectados por la construcción de la presa de Canelles. Esta faraónica obra aceleró el abandono del pueblo, ya que, aunque el agua no sumergió ninguna de sus viviendas, sí que anegó sus mejores tierras de cultivo.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (octubre 2020).
Fotografía 1; Fet visto desde el sur (Francisco Bolea, SIPCA)
Fotografía 2; Pilaret (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interior del templo (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Viviendas en ruina (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Casa solitaria (Cristian Laglera)