La Corona fue una de las pequeñas aldeas
que, antaño, estuvieron bajo el amparo y la protección de la fortaleza de Muro
de Roda. Como seguro muchos habrán deducido, esta semana nos desplazamos hasta
el valle de La Fueva, en la inabarcable y siempre sorprendente comarca de
Sobrarbe. Hasta La Corona llegaremos por una larga pista de de tierra que tiene
su inicio en la localidad de Tierrantona.
Fue un lugar de tres casas, sus nombres
eran: Oncins, Cozme y Lecina. Sabemos que antiguamente tuvo al menos otras dos
casas más, cuyos nombres eran Coixo y Cabo. La Corona aparece con 28 habitantes
en el nomenclátor del año 1940.
Era una aldea sin iglesia. La gente
tenía que subir hasta la fortaleza de Muro de Roda para acudir a misa. Contaban,
eso sí, con una pequeña ermita situada a escasos metros de casa Cozme que
estaba dedicada a San Pedro. Los vecinos coloquialmente la llamaban “la
iglesieta”. Actualmente conserva sus cuatro muros en pie, aunque tiene la
cubierta hundida y está devorada por la maleza. Tiene cabecera de testero recto
y puerta de acceso a los pies. Cuesta reconocerla. Es un edificio que,
pensamos, puede fecharse entre los siglos XVIII y XIX.
A La Corona nunca llegó la electricidad.
Tampoco tenían agua corriente; la tenían que ir a buscar a una fuente que había
en las inmediaciones. Los productos básicos de alimentación que la tierra no
les ofrecía iban a comprarlos a Tierrantona o Arro. Tampoco había escuela. Los
niños tenían que desplazarse diariamente hasta la aldea de Fumanal -una hora de
ida y otra de vuelta- para poder asistir a clase. En algunas ocasiones lo
hacían en condiciones atmosféricas muy adversas.
Tenían muchos olivos y muy buenos.
Además de para el consumo también vendían o intercambiaban aceite, por ejemplo
por patatas. Los animales predominantes eran las ovejas y las cabras. Todas las
casas tenían gallinas y conejos, y también algún cerdo.
Celebraban las fiestas grandes el día 24
de agosto, festividad de San Bartolomé. Tenían una duración de tres días. Venía
gente de las diferentes aldeas del valle: Sosiad, La Lecina, Ministerio… Había baile
y se mataban 4 o 5 corderos para la ocasión. Las fiestas pequeñas eran el 29 de
abril. Eran unas fiestas más familiares, de un solo día, aunque también se
acercaba gente de las aldeas más cercanas. Se mataba un cordero y se hacían
chiretas.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en agosto de 2021
Fotografía 1; La Corona (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casa Cozme (Marina González)
Fotografía 3; Ermita de San Pedro (Cristian Laglera)