De nuevo toca desplazarnos a la zona oriental de la siempre sorprendente
comarca de Ribagorza. Nuestro despoblado protagonista es Claravalls, hermosa
localidad encaramada sobre una colina a unos cuatro kilómetros al suroeste de
Arén. Se sitúa en posición dominante, con unas vistas privilegiadas que abarcan
una gran porción de terrero. Claravalls es uno de esos lugares que hay que
conocer sí o sí, uno de esos lugares que quedan grabados en la retina del
visitante durante mucho tiempo.
Aparece documentado por primera vez en el siglo XII. Es un documento en que se cita a una persona llamada Juan de Claravalls, en el acta de consagración de la iglesia de San Miguel de Cornudella.
Fue un núcleo pequeño. El pasado siglo XX mantuvo un total de cuatro casas abiertas. Alcanzó su techo poblacional en 1940, censando 61 habitantes. Anteriormente llegó a tener un total de ocho casas abiertas, que se apiñaban en torno a la iglesia parroquial.
Al casco urbano se accede desde el sur. Una estrecha callejuela nos conducirá hasta la iglesia, que se dedicó a Nuestra Señora del Rosario (s. XII). Es un templo románico, de estrecha nave rectangular encabezada por un ábside semicircular orientado al este. La nave se cubre con bóveda de medio cañón y la cabecera con cuarto de esfera. En algún momento indeterminado la iglesia se amplió, añadiendo una capilla lateral a cada uno de sus costados. Posee un sobrio campanario de espadaña de dos ojos, todavía digno.
A su lado se conservan los restos de un antiguo torreón, fechable en el siglo XVI, que formó parte de un conjunto fortificado más amplio. Tiene planta rectangular y tres pisos de altura. Recientemente entró a formar parte de la lista roja de la asociación “Hispania Nostra”.
El acceso lo realizaremos desde la carretera N-230, en el tramo que enlaza las localidades de Puente de Montañana con Arén. Precisamente unos 500 metros antes de llegar a Arén, nace una pista a nuestra izquierda, justo después de pasar el barranco de San Román, que nos conducirá, tras algo más de cinco kilómetros de pista, hasta Claravalls. La pista se halla en buen estado, si bien, hay un tramo de subida brutal, por lo que es preferible recorrerla con vehículo todoterreno, sobre todo si el firme está mojado. ¡Merece la pena subir!
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en abril de 2021.
Fotografía 1; Claravalls, magnífico (Marina González)
Fotografía 2; Viviendas (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Viejo torreón (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Enorme barrica (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Iglesia parroquial, espadaña (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Cabecera (Cristian Laglera)