Una semana más acudimos a la inabarcable comarca de
Ribagorza para hablar de otro de sus núcleos deshabitados. El pueblo
protagonista de este artículo es Montfalcó. Se trata de un despoblado situado
en la zona oriental de la comarca y también de la provincia, muy cerca del
embalse de Canelles. El acceso lo realizaremos por una buena -aunque larga- pista
de tierra que tiene su inicio en la localidad de Viacamp en dirección sur.
Para encontrar la primera mención escrita en la que
aparece citado Montfalcó tenemos que remontarnos hasta el año 1225. Se trata de
un documento de la colección diplomática de Obarra en el que aparece citado “Bernardus
de Mont Falcom”.
Montfalcó fue siempre un lugar pequeño, muy pequeño. En
sus años de máximo esplendor llegó a abrir un máximo de seis casas. Seis fueron
precisamente las casas que mantuvo abiertas en el primer tercio del pasado
siglo; sus nombres eran: Batlle, Gasparó, Francisca, Panyello, Masiá, y
Maurí. Repasando los nomenclátores de la pasada centuria observamos que alcanzó
su techo poblacional en el año 1960, censando un total de 63 habitantes.
De entre las viviendas destacaba casa Batlle (s.
XVII). Destacaba y destaca, pues actualmente se halla perfectamente restaurada y está siendo utilizada como albergue
de turismo rural. Del resto de las viviendas apenas quedan algunos restos sobre
la colina que hay al sur de casa Batlle. Los restos son tan escasos y están tan
destruidos que no hay nada que merezca la pena ser destacado.
Unos metros detrás de casa Batlle se
encontraba la antigua iglesia, templo del siglo XVIII dedicado a San Miguel. Fue derruida hace algunos años para evitar los posibles problemas de la
gente con sus peligrosas ruinas. Era un templo de nave única con cabecera de
testero recto y campanario de espadaña a los pies, sobre la puerta de acceso.
Hemos conseguido algunas fotografías de este desaparecido edificio y quizá, en
otra ocasión, le dediquemos un artículo y un poco más de atención.
De bastante más interés arquitectónico que la iglesia,
y visita obligada si vamos a Montfalcó, es la ermita de Santa Quiteria y San
Bonifacio. Se trata de un bello templo románico de finales del siglo XI
construido en lo alto de una cresta entre dos barrancos que caen bruscamente sobre
el embalse de Canelles. Tiene planta rectangular, muy irregular, cubierta con
bóveda de cañón y cabecera plana. Presenta una pequeña capilla en uno de sus
muros laterales. En el hastial de poniente abre un hermoso vano geminado con
parteluz cilíndrico y capitel trapezoidal.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (agosto 2019).
Fotografía 1; Ruinas de Montfalcó y casa Batllé (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de San Miguel (Archivo Gavín)
Fotografía 3; Ermita de Santa Quiteria (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Otra vista diferente (Cristian Laglera)