13/8/11

CILLAS








Cillas es uno de los nueve pueblos deshabitados que se localizan en el la comarca natural de Sobrepuerto. Se trata de una zona enclavada entre los ríos Gállego y Ara y las comarcas del Alto Gállego y Sobrarbe.

Su primera cita documental data del año 1050, en un documento de la colección diplomática de la catedral de Huesca.  Aparece con diez fuegos en los fogajes de los años 1488 y 1609. Posteriormente, en sus años de máximo esplendor, llegó a tener un total de 16 casas abiertas.

Cillas se sitúa sobre un altiplano, a escasos metros de Cortillas pero al otro lado del barranco. El aspecto que presenta en la actualidad es de ruina generalizada. Pasear por el pueblo es triste, muy triste.

La calle principal ejerce de eje de la población, situándose las viviendas a ambos lados de la misma. Paseando por el núcleo encontramos grandes viviendas de piedra de dos y tres alturas. A pesar del expolio sufrido todavía son dignas de admirar sus fachadas, arcos y diferentes tipos de ventanas, todo levantado bajo el estilo tradicional de la zona.

Dieciséis casas mantuvo abiertas durante el pasado siglo XX. Estos son sus nombres: Blas, Pardo, Navarro, Arnal, Piquero, Sanromán, Jal, Esperanza, López, A Sora, Ezquerra, Moreno, Pascual, Gaitero, Nazario y A Ferrera. En el año 1930 todavía censaba 142 habitantes, aunque tan solo tres décadas después Cillas quedaría deshabitado.

La iglesia está dedicada a La Asunción (s. XVII). Es un templo de nave única con cabecera recta orientada al este y torre campanario adosada. Antes del derrumbe se cubría con bóveda de lunetos. Su estado actual es de ruina absoluta, siendo la torre una de las pocas cosas reconocibles en la actualidad.

Además de la parroquial Cillas contaba con dos ermitas dentro de su término, San Vicente y San Bartolomé.

La ermita de San Vicente se sitúa en la parte baja del pueblo, al sureste, no muy lejos de la iglesia. Es un templo del siglo XVII de planta rectangular finalizada en cabecera plana. Todavía conserva la bóveda apuntada que cubre su cabecera.

La de San Bartolomé se encuentra a unos quince minutos de distancia, al sureste de Cillas. Es una construcción de origen románico que ya documenta el profesor e investigador Adolfo Castán en ruina en los años setenta. Posiblemente fue la antigua parroquial de algún despoblado medieval indocumentado hasta el día de hoy. Consta de nave única y rectangular finalizada en ábside semicircular orientado al este.

Las fiestas mayores de Cillas se celebraban el día 24 de agosto, festividad de San Bartolomé, aunque posteriormente las trasladaron al día 7 de octubre (la Virgen del Rosario). Las fiestas pequeñas se celebraban el día 22 de diciembre en honor a San Vicente.

A finales de la década de los cincuenta Cillas fue vendido al Patrimonio Forestal del Estado, siendo repoblado de pinos con posterioridad gran parte de su término. Pocos años después, en 1963, casa A Ferrera cerraba sus puertas definitivamente, quedando de esta manera Cillas oficialmente deshabitado.


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (diciembre 2018).


Fotografía 1; Cillas, llegada (Rubén Gómez)
Fotografía 2; Casa Blas (Marina González)
Fotografía 3; Imagen de La Asución (Rubén Gómez)
Fotografía 4; Interior de la Iglesia (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Ermita de San Vicente  (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Ermita de San Bartolomé (Cristian Laglera)