El artículo de hoy está dedicado a Binueste, uno de
los pueblos de esta provincia a los que nunca llegó el acceso rodado. Se llega
andando desde Matidero, por sendero PR, previo paso por la siempre interesante
Pardineta de Bibán. Aunque el camino es largo no es excesivamente duro. Ideal
para hacerlo en primavera o en otoño, evitando siempre las temperaturas
extremas, tanto el frío como sobre todo el calor.
Binueste se cita muy tempranamente. Aparece
documentado con el nombre de “Venueste” -año 1091- en un documento
perteneciente al Cartulario de San Juan de la Peña. Posteriormente perteneció
al hoy también despoblado lugar de Secorún.
Llegó a alcanzar los tres fuegos, aunque durante los
siglos XIX y XX ya solo mantenía dos casas abiertas: casa Alta y casa Baja.
Aparece citado con 16 habitantes en los nomenclátores de los años 1930 y 1940.
Encontramos sus edificaciones estructuradas en torno a
su única calle. Además de las viviendas y la iglesia parroquial es de justicia
destacar media docena de edificaciones auxiliares, concebidas para todo tipo de
usos.
La ruina es total y las viviendas no son la excepción.
Casa Alta es la más llamativa; contaba con tres plantas, balcones orientados al
sur y puerta de acceso en arco de medio punto, con clave del año 1883. Tenía
cubierta a cuatro vertientes, hoy derruida.
La iglesia fue construida bajo la advocación de San
Martín de Tours. Es un edificio muy humilde, de cronología moderna, fechable en
el siglo XVII. Tiene nave única de planta rectangular con cabecera de testero
plano orientado al este. Quedan los arranques del fajón que segmentaba la nave
en dos tramos. Antes del derrumbe se cubría con bóveda de medio cañón con
lunetos. A los pies de la nave se instaló el coro, elevado, hoy ruina absoluta
también. La puerta de acceso al templo, en arco de medio punto, abre al sur. Contaba
con un pequeño campanario de espadaña de un ojo.
Binueste fue un lugar de escasas y poco productivas
tierras. El terreno era demasiado montañoso y era muy poco el espacio
aprovechable para el cultivo. Sus tierras eran bañadas por el barranco homónimo
de Binueste, situado a unos pocos cientos de metros a poniente del núcleo. La
madera fue uno de los motores sobre los que pivotó la pobre economía de
Binueste.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (agosto 2019).
Fotografía 2; Casa Alta (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Magnífica portada (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Iglesia de San Martín de Tours (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Cabecera (Cristian Laglera)