Me gustaría comenzar diciendo que Escuaín no es un pueblo abandonado, aunque es cierto que durante gran parte del año no mantiene población estable. Como es lógico son los fines de semana y sobre todo en época veraniega cuando varias de sus casas son habitadas.
Al llegar me llamó la atención una oficina de información que hay en el centro del pueblo, y es que Escuaín recibe gran cantidad de visitas, principalmente gente interesada en el senderismo y barranquismo. La conocida como Garganta de Escuaín bien merece una visita. También hay una serie de miradores en los alrededores de Escuaín que son de "obligada" visita, bien enlazados todos ellos por senderos bien señalizados.
Pascual Madoz le adjudica a Escuaín 23 casas en el año 1845. En su máximo nomenclátor del pasado siglo XX aparece citado con 89 habitantes (año 1910).
La iglesia de San Pedro es su edificio más destacado; es un edificio del siglo XVI cerrado bajo llave por peligro de derrumbe. Consta de una sola nave de planta rectangular rematada en cabecera recta. Tiene dos capillas laterales a modo de crucero y se cubre con bóveda de medio cañón.
En el centro del núcleo hay también una pequeña capilla privada (perteneciente a casa Cazcarra) de nave única y cabecera plana dedicada a la Virgen de Fátima.
Por lo demás, grandes casonas de piedra en ruina intercaladas con un par de casas recuperadas y alguna de moderna construcción.
El acceso a Escuaín lo realizaremos por medio de la carretera que une las poblaciones de Aínsa y Bielsa. A la altura de Escalona tomaremos un desvío (asfaltado) en dirección a Puértolas y unos 8 kilómetros después de rebasar esta población llegaremos hasta Escuaín.
Fotografía 2; Magnífica vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Bellas construcciones de piedra (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Otra de las casas destruidas (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Capilla de casa Cazcarra (Cristian Laglera)