20/5/12

SAN FELICES DE LA SOLANA








Una semana más vamos a desplazarnos hasta tierras sobrarbenses para hablar de uno de los pueblos situados en el valle de La Solana. Nuestro núcleo protagonista es San Felices de La Solana, pequeño despoblado situado entre las poblaciones de Cámpol y Gere (pueblos que fueron nº 66). Sus edificaciones se levantan sobre suave una loma enmarcada por los barrancos de La Espuña y Lisa, al sur de la sierra de Bolave.

La manera más sencilla de llegar a San Felices es por una pista que nace en la ribera del Ara en dirección a Yeba. Poco antes de la subida al despoblado de Cámpol, nace una pista a nuestra izquierda que, en poco más de un kilómetro, arribará en San Felices. Es una pista mala, que hasta hace unos pocos años podía transitarse con vehículo todoterreno. Actualmente, la mejor opción es hacerlo a pie, pues la pista se encuentra destrozada.

Sabemos que en el año 1495 tenía dos casas abiertas. Durante la primera mitad del siglo XX fueron tres las viviendas con población. Las tres estaban alineadas en la única calle del pueblo. Sus nombres eran: López, Salas y Cruz. En su máximo nomenclátor del pasado siglo aparece documentado con 33 habitantes (año 1910). El pueblo quedó deshabitado en los años 60, al igual que el resto de núcleos del valle. El proyecto de construcción del embalse de Jánovas, que finalmente no se llevó a cabo, supuso el abandono de alrededor de 1500 personas que habitaban los diferentes pueblos de La Solana.

Las viviendas de San Felices muestran sobriedad y elegancia a partes iguales. Hermosas portadas de medio punto, chimeneas cilíndricas y tejados de losa del país. No queremos olvidarnos, es de justicia, de un par de bordas situadas en la parte alta del núcleo, magníficamente acabadas. Pasear por San Felices fue y sigue siendo una delicia.

La iglesia se dedicó a San Mamés. Es un templo de origen románico, que sufrió importantes transformaciones en siglos posteriores. Lo más destacado fue la “transformación” de su ábside semicircular en cabecera de testero plano, para, de esta manera, adecuarla a los gustos litúrgicos de la época. En nuestra última visita varias vacas dormían plácidamente en su interior. Poseía un interesante crismón trinitario de seis brazos que, en los años noventa, fue depositado en la iglesia parroquial de la localidad de Planillo.

San Felices carecía de todos los servicios básicos de primer orden. Ni siquiera tenía escuela. Los niños de San Felices tenían que desplazarse diariamente hasta la escuela de Cámpol (40 minutos de empinada subida) para acudir a clase.

Celebraban sus fiestas el día 12 de octubre, para La Virgen del Pilar. 


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en julio de 2021.


Fotografía 1; San Felices (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Llegada al núcleo (Marina González)
Fotografía 3; Iglesia de San Mamés (Marina González)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Calle principal (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Borda y gato (Cristian Laglera)