Llegó a tener un máximo de 14 casas, censando 99 habitantes en el año 1900. La mayoría de sus viviendas están en ruina o se están desmoronando lentamente, aun así destaca entre todas ellas casa o Royo. Es una impresionante casona de tres plantas que todavía es perfectamente visitable, merece la pena penetrar a su interior ahora que todavía es posible.
También merecen mención las hermosas bordas, pajares y yerberos, la mayoría de ellos bastante bien conservados a día de hoy.
Pero si hay un edificio emblemático dentro del pueblo es la iglesia románica de San Miguel, su origen se remonta posiblemente al siglo XI, aunque a partir del siglo XIII sufrió importantes reformas. En un principio fue un edificio de una sola nave acabado en un ábside semicircular. Posteriormente se le añadió al sur otra nave y al Norte se le abrieron las dos capillas laterales y la sacristía. En mi opinión, lo más destacable y bello de la iglesia es su ábside, tiene 9 arquillos ciegos preciosos, hermosas lesenas y friso de baquetones estilo “Serrables”.
Las fiestas patronales se celebraban el día 31 de Agosto, para San Ramón, las fiestas pequeñas eran el día 12 de Enero.
En lo alto del pico Erata se sitúa la ermita de San Benito, los vecinos de Otal acudían en romería todos los 11 de Julio. La ermita fue restaurada hace unos años por la Asociación Erata de Biescas, es de agradecer que todavía haya gente con la sensibilidad suficiente para preocuparse por causas tan nobles como estas.
Para llegar hasta Otal tenemos varias opciones, todas ellas bellísimas, y todas a pie. Nosotros subimos desde el túnel de Cotefablo, nos costó algo más de dos horas por un sendero bien señalizado.
Fotografía 1; Otal desde Erata (José Miguel Navarro)
Fotografía 2; Iglesia de San Miguel (Carlos Gil)
Fotografía 3; Ábside románico (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Casa Francho (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Casa O Royo (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Precioso pozo (Cristian Laglera)
Fotografía 7; Ermita de San Benito (José Miguel Navarro)