Debió de ser éste un lugar de gran importancia dado su posición estratégica dominante del camino entre Aínsa y Campo, y también del valle del rio Ésera. Aparece ya documentado desde el año 1285, fecha en la que Alfonso III de Aragón hizo donación del valle de Rolespé al monasterio de San Victorián, legado que en el año 1295 es permutado por el abad y el prior de Roda.
Rolespé llegó al siglo XX con tan solo una vivienda, una casona del siglo XVII de tres plantas que integraba vivienda, cuadra y granero. La planta baja era utilizada para el ganado, la primera como vivienda y en la planta alta estaba la falsa.
El edificio más destacado de Rolespé es la iglesia románica de Santa María (s. XII). Sus ruinas se situan a 50 metros escasos al nordeste de la vivienda. Consta de planta trapezoidal, más estrecha en la cabecera, que antiguamente cubría con bóveda de cañón. Se accedía al interior por una puerta dovelada de medio punto. Al exterior, el semiderruido ábside estaba decorado por una serie de hermosos arquillos lombardos hoy destruidos.
Para llegar a Rolespé tenemos dos opciones, si bien, ninguna de las dos es excesivamente sencilla. La primera es por medio de una pista (7 Km) que tiene su inicio en la localidad de Humo de Rañín; la pista es larga y complicada, sobre todo en invierno. Otra manera es a pie desde Navarri; a mí me costó cerca de dos horas, una buena parte en subida.
Fotografía 1; Rolespé (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Llegada a la vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Ruinas de la iglesia de Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)
