El
punto de partida en esta ocasión será la carretera A-1605, que sube en
dirección al monasterio de Obarra por la cuenca del río Isábena. Nada más salir
de la localidad de La Puebla de Roda, cuando estemos enfrente del cementerio,
nace una larga pista de tierra que, siempre en subida, nos conducirá hasta el
despoblado protagonista del artículo de esta semana: Rin de la Carrasca. Como
seguro que muchos habrán deducido viajamos, una vez más, a la histórica tierra
de Ribagorza.
Desde Rin de la Carrasca disfrutaremos de unas magnificas vistas del valle del Isábena y del siempre omnipresente macizo del Turbón. Merece la pena subir “solamente” por este motivo. Rin de la Carrasca es uno de esos lugares que guardaremos en la retina durante mucho tiempo.
Poco, muy poco queda del viejo pueblo de Rin. Sus edificaciones se hallan envueltas en una densa capa de maleza haciendo muy complicado moverse por el despoblado. Tampoco es fácil sacar fotografías, pues es complicado sacar un metro de pared limpia. A pesar de lo dicho, todavía brilla con luz propia la silueta de casa Rin, una impresionante vivienda de tres plantas que lucha por mantenerse en pie. Esta casa, situada a más de 1200 metros de altitud, era la vivienda con más tierras de todo el valle. Fue una casa importante. José y María fueron sus últimos habitantes. Más de medio siglo lleva ya deshabitada.
Nos vemos en la obligación de mencionar también su capilla, dedicada a San Vicente. Es un templo enmarcado dentro de lo que podríamos llamar “románico rural”, alzado en algún momento del siglo XII. Posee nave única y rectangular y cabecera semicircular orientada al este.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en enero de 2022.
Fotografía 1; Llegada al caserío (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Rin de la Carrasca (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Rin (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Ábside románico (Cristian Laglera)
Fotografía 5; El Turbón visto desde Rin (Cristian Laglera)