Mongay es otro de los pueblos sin censo situados en la zona oriental de la
comarca de Ribagorza. El acceso más cómodo lo realizaremos tomando en Viacamp
la pista que se adentra en el Montsec, con desvío hacia el este en el cerro de
Santa Magdalena. Nosotros fuimos a pie desde el despoblado de Chiriveta, por
sendero señalizado, hace ya algunos años. Estamos en una de las zonas más
recónditas no solo de Ribagorza, sino de toda la provincia de Huesca.
Durante los siglos XIX y XX Mongay abrió seis hogares. Los nombres de las casas eran: Pociello, Coix, Perantoni, Conte, Perulla e Ivars. Estaban ubicadas longitudinalmente, aprovechando el escaso espacio que les ofrecía el gran peñasco que tenían a su espalda. El aislamiento fue desde el principio su mayor enemigo. Esta fue la causa principal de su abandono en los años sesenta del pasado siglo XX.
En el centro del núcleo se halla la iglesia de Santa María. Consta de una sola nave y cabecera recta. Se cubre con tejado a dos aguas, sobre el que se levanta un pequeño campanario. El coro, en alto, se sitúa a los pies.
Mongay fue un pueblo agrícola y ganadero. Sus cultivos básicos eran el trigo y la cebada, aunque también tenían olivos y algunas viñas. En cuanto a los animales la oveja era el animal predominante. Todas las casas tenían su rebaño. También tenían todas las casas conejos y gallinas.
Celebraban las fiestas el día 6 de agosto, en honor a San Salvador. Había misa y procesión. Se mataba un cordero para la ocasión.
La última casa en cerrar sus puertas fue casa Pociello. Lo hizo en el año 1961. Fue posteriormente, comienzos del siglo XXI, cuando el pueblo cayó en manos de unos empresarios con la idea de reconstruirlo. El principal problema fue, en nuestra opinión, no respetar la fisionomía primitiva de las viviendas. El resultado final, al menos visualmente, dejó mucho que desear. Finalmente, por razones que desconocemos las obras se paralizaron. Hago mías las palabras de mi buen amigo Faustino Calderón “para acabar así, más vale que lo hubieran dejado morir lentamente”.
Fotografía 2; Casa Ibars (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Otra espantosa fachada (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Una de las primitivas viviendas (Faustino Calderón)
Fotografía 5; Iglesia de Santa María (Cristian Laglera)