No hay acceso rodado ni senda señalizada que nos conduzca hasta este lugar, si bien mediante alguna pista que desconozco exactamente desde donde se toma se puede realizar alguna aproximación. Desde Bernués (GPS en mano) hay hora y media de caminata, no exenta de ciertas dosis de aventura.
La pardina se halla devastada. La única edificación que se encuentra en digno estado (por decir algo) es un alargado edificio con dos puertas de acceso en arco de medio punto destinado a uso animal.
Imagino que este edificio mantuvo el uso hasta mediados o finales del pasado siglo.
De la vivienda (que seguro que tuvo) no encontré rastro alguno, aunque bien es cierto que hay una zona, tras este edificio del que os hablaba, que es inaccesible por la maleza; imagino que los posibles restos de la casa no se encontrarían muy lejos.
Lo que sí localicé fueron las ruinas de una pequeña capilla que estaba dedicada a Santa María. Es un pequeño edificio de planta cuadrangular (2.80 x 2.80 metros) con cabecera plana y puerta de acceso a los pies. Lo más destacado es un vano con derrame interior situado en su muro norte.
Fotografía 1; Pardina Segaral (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Único edificio en pie (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Capilla de Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Vano derramado (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Redil (Cristian Laglera)
