De nuevo acudimos a tierras
ribagorzanas para ocuparnos de otro de sus núcleos deshabitados, en este caso
Bacamorta. Es accesible desde la localidad de Morillo de Liena, por la pista
asfaltada que pasa por el cementerio y se adentra en el valle de Nocellas. Poco
después de rebasar el cementerio, el asfalto se convierte en tierra y
finalmente la pista se vuelve impracticable. El último tramo hay que
realizarlo obligatoriamente a pie, pues los desprendimientos de la ladera
impiden el paso a cualquier tipo de vehículo.
Se trata de un lugar que durante el pasado siglo mantuvo un total de 10 casas
abiertas. Sus nombres eran: Tomás, Matías, Ciprián, Ricarte, Antoni, Betranet,
Chondecera, Marquet, Lostal y Morancho. Sus vecinos marcharon en la segunda
mitad del pasado siglo a lugares como: Binéfar, Altorricón, Estada, Sodeto o
Barbastro. Las viviendas se apiñan en una calle a los pies de la iglesia
de la Virgen de Gracia, que se sitúa en la parte más alta, sobre un
afloramiento rocoso.
Fue un pueblo de escasos recursos, principalmente por las pocas tierras de
cultivo que poseía. Predominaba el cultivo de cereales y de pasto para los
animales. Todas las casas tenían ovejas y cabras (entre 100 y 200 cada casa).
También cerdos y por supuesto gallinas.
Las fiestas se celebraban el día 9 de septiembre. El baile se hacía en la
escuela. También se celebraba el Año Nuevo y el lunes de Pascua, con romería a
la ermita de La Virgen de los Baños de Abenozas.
La iglesia, como hemos comentado, se halla en la
parte más alta. Es un templo del siglo XVI, de nave única y rectangular con
cabecera de testero plano. La puerta de acceso, en arco de medio punto, abre al
sur. Posee dos capillas laterales, una a cada lado.
Para finalizar queremos recordar las dos ermitas que tuvo Bacamorta dentro de
su término. Cerca del pueblo se arruina desde hace muchas décadas la ermita de
San Pedro Apóstol. Es un edificio de cronología moderna (s. XVII-XVIII). Consta
de nave única, una capilla lateral en uno de sus costados y cabecera plana. La
totalidad de sus bóvedas se hallan derruidas. La segunda de las ermitas, San
Cristóbal, se localiza en lo más alto de la peña Valencia, en un lugar de complicado
acceso y privilegiadas vistas. Se trata de unos restos de posible origen
medieval, cuyos paramentos apenas se elevan unos 20 centímetros del suelo.
Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en enero de 2021.
Fotografía 1; Bacamorta desde la peña Valencia (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casas Ciprián y Ricarte (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Matías y cuadra de casa Ciprián (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Iglesia de la Virgen de Gracia (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Ruinas de la ermita de San Pedro Apóstol (Cristian Laglera)