De Blancafort apenas perviven algunos muros que desafían la ley de la gravedad cuando bajan las aguas del embalse de Canelles y quedan al descubierto. Aprovecho para "abrirle ficha" en este blog que, aunque la idea es recoger pueblos deshabitados de la provincia de Huesca, incluye algunos núcleos deshabitados lindantes por cualquiera de sus límites geográficos.
Visitamos Blancafort en octubre de 2023, en plena sequía y época de estiaje del embalse de Canelles. Sus edificaciones se estructuraban en torno a una sola calle, con la iglesia de Santa Fe y la casa del Señor como edificios más emblemáticos. Triste la imagen de los abancalamientos del terreno, normalmente bajo el agua, testigos de un pasado que se fue para no volver.
Algo alejada del casco urbano, sobre un cerro (normalmente también inundado), se halla la ermita de San Salvador. Se trata de un pequeño templo románico de nave única y cabecera semicircular. Hace algunos años, aprovechando que el nivel de las aguas era muy bajo, fue arrancada la puerta de acceso de medio punto que abría a los pies. A fecha de 2023, aguantaba en pie milagrosamente la bóveda de medio cañón apuntada de la nave y la bóveda de cascarón del ábside, aunque un boquete abierto en su lado oriental presagia el triste final al que está abocado el edificio. Su cronología hay que llevarla al último tercio del siglo XII.
Poco más que documentar y contar, pues da la sensación que estamos visitando un despoblado medieval más que un despoblado contemporáneo, pues exceptuando la ermita de San Salvador, nuestro objetivo solo capta grandes amontonamientos de piedras, muchos de ellos informes.
Por cierto, en septiembre se celebra la fiesta de Blancafort, momento en que se reúnen antiguos habitantes y descendientes.
Fotografía 1; Blancafort (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Abancalamientos del terreno (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Ermita de San Salvador (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interior de la ermita (Cristian Laglera)